lunes, 1 de octubre de 2007

Cogorzas literarias

A través de un vaso de güisqui se ven
las realidades deformadas, más bella
nunca fue ni será la muchacha aquella,
el barman es nuestro maestro Zen.

La música es más intensa y el baile,
yo no bailo, pero me siento bien
¡qué divertida es la fiesta! Voy a cien,
borracho; tan ciego que leo braille.

¡Qué decadente me he llegado a sentir!
¡Baudelaire! Paraísos artificiales,
Bukowski, ¡qué resacas tan descomunales!,
son parte del arte de mi malvivir.

Cada uno camina con su demonio,
el mío despierta antes de dormir,
cuando bebo soy como un ser senil,
inconsciente que padece de insomnio.

Lo dicho, pues ya lo dejo. Max Estrella,
el mejor poeta que en España hubo,
me perdone por no emular el suyo
final, la suerte del bohemio poeta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

pues vaya