Considerando

Considerando que nada hay seguro en todo lo que cada día descubro, hago o contemplo,
y que mañana ninguna de esas abstracciones serán iguales a las ayer descubiertas,
ninguno de los artificios permanecerá tal cual fue fabricado, cosas muertas,
y los días venideros no trancurrirán como los que he contemplado ni bajo el mismo cielo.

Ya no es el mismo latido ni el mismo aire,
ya no circula por su cauce el mismo río,
ya lo cierto se me antoja falseado,
ya me falta hasta la misma duda.

Considerando que el asimiento de los bienes, único leitmotif de esta generación,
hunde los corazones más dichosos en la tristeza y el abatimiento
porque todo preocupa y da miedo, revierte en un profundo sufrimiento
raptando las sensaciones alegres, cuando tener y no tener se convierte en obsesión.

Ya el objeto de lo sentido se perdió,
ya el mismo sujeto sentidor no siente,
ya no tiene sentimiento ni la poesía;
ya de Venus sólo una sombra queda.

La diosa únicamente dejó el nombre de un monte lleno de desperdicios e iniquidad,
de asuntos humanos resueltos con la premura del vital instinto. Sólo eso,
solamente la falta de pudor y mil enfermedades aferradas al exceso,
lubricadas y terribles, asquerosas, pero compartidas con dudosa generosidad.

Desprecio tanto las costumbres de mi siglo;
no hay un ápice de entrega ni dádivas,
egoísta y grosera, frenética y rápida.
Así es el movimiento de pistón de un pijo.

Considerando todo esto no os extrañe que cualquier día dejéis de verme
y me vaya más allá del olvido a una región harto solitaria;
sé que no me extrañaréis y será recíproco el desprecio; falsaria
sería cualquier otra opción que barajásemos. Au revoir, silentes.

Sin duda

Volveré al lado de mi esposa
a pesar de la sequía
por la ausencia de palabras
y aunque la plaga de rutinas
devore una parte nuestras vidas.

Sin duda. Sin duda alguna.

Porque al final lloverán los versos
y volverá otra vez
la dichosa primavera
para despertar la semilla azul
del sentimiento adormecido.

FADO

Piedra en el músculo,
rayo en la sangre,
el brillo de la noche
en su negro pelaje.

Es un luso de raza
de paso arrogante,
semental de la dehesa
de mil potros padre.

No hay yegua ajena
a su trote elegante,
se encela la hembra
con tenerlo delante.

Al galope la tierra
tiembla y el piso arde.
Tirando del carro de Helios
el día acabara antes.

En otra época fuera
el orgullo de un grande,
el valido de un rey
o un real personaje.

Oda al opositor

Han sido muchos días
de lucha sin cuartel
contra la espesa pereza
y el lúgubre desánimo;
es un enemigo cruel
el posible fracaso.

Sobre los muchos cadáveres
de todos los días muertos,
sin la gloria esperada
por tu enorme esfuerzo,
cual valeroso Aquiles
te veo solo e invencible.

Serán tus enemigos hoy
la incertidumbre y el desánimo:
véncelos con sereno aplomo.
Que ni los dioses conjurados
ni hombres ni demonios
hagan temblar tu mano.

Sea la pluma tu espada
y el conocimiento tu escudo,
que brille tu discurso
desconcertando al arbitrio.
Tú ya has hecho la gesta,
conquista hoy el Olimpo.


* Dedicado a mi amigo Rellán que ha domeñado a su voluntad y sigue fiel al camino que ha elegido.

Soberbia

Falta grande de los grandes,
de los pequeños su ruina,
desfachatez que camina
como los tercios de Flandes.

Sin recato ni modestia,
critica si no domina,
bondad ajena es espina;
virtud de otro, molestia.

Se alimenta de despojos
siendo grande su ambición,
traga todo sin antojos
por conseguir posición

Acepta para sí el aprecio
e incluso la adulación,
es la posesión del necio
que no cree tener parangón.

Saco de huesos

Esta máquina que es mi cuerpo:
fluidos, conductos, muelles, cavidades
de procesados químicos vitales,
partes poco a poco desfalleciendo.

Este cuerpo sustrato de vida
apetente de pasiones, grasas,
temporal anhelo de no ser nada,
búsqueda rabiosa de dopaminas.

Este sustrato, saco de huesos,
ora se ensancha ora se estrecha,
para mantenerse vivo se quema
por el oxígeno que le da aliento.

Este saco de huesos, mi experiencia,
pensamiento, movimiento y expulsión
de desechos, este poema canción
a mi yo fisiológico, mi presencia.

Esta vida, mecha en combustión,
es un proceso autodegenerativo*,
dejar de ser siendo, un conflicto,
enfermedad mortal sin curación.

*No existe tal palabra en nuestro léxico, cuando no la recoge la R.A.E., pero me gusta su fonética y el significado implícito evidente

Buscad la cordura, hombres

Los hermanos enfrentados
por el vil metal infesto,
jóvenes alcoholizados
con objetivo manifiesto,

las rencillas aldeanas
por alguna res que murió,
las sospechas insanas
de uno que se enceló;

el mozo varonil y recio
por demostrar su bravura,
un despojo ralo y necio
con afición sucia e impura.

El plomo gris de las balas
destroza cuerpos frágiles
y el machete corta alas,
brazos y piernas ágiles.

La violencia tiene mil
causas y ninguna norma,
carece de lo más sutil
y siempre halla su horma.

Virtud, dignidad, amor
son peor que la envidia
si un hombre por su honor
las convirtiera en insidia.

Y hablo así del hombre
que a la mujer no le tira
dar porrazos en su nombre:
pecado viril es la ira.

Zahara

Bajo la estrella dorada
que nos regala el día
con la vista en el inmenso
azul, el mar y el cielo
cosidos por el horizonte,
me hundo en las finas arenas de Zahara.

El Poniente fresco despeina
mis cuatro pelos y trae
el aroma de ultramar,
mueve los pantagruélicos
molinos de blanco artificial,
excita las olas y sacude los verdores.

No puedo imaginarme
más dicha que la de este
momento mágico al lado
de mi bella y dulce amada,
protegidos por una barca
que espera a su pescador en la playa;
yo escribiendo este poema,
ella semidesnuda, tumbada.