miércoles, 2 de abril de 2008

Buscad la cordura, hombres

Los hermanos enfrentados
por el vil metal infesto,
jóvenes alcoholizados
con objetivo manifiesto,

las rencillas aldeanas
por alguna res que murió,
las sospechas insanas
de uno que se enceló;

el mozo varonil y recio
por demostrar su bravura,
un despojo ralo y necio
con afición sucia e impura.

El plomo gris de las balas
destroza cuerpos frágiles
y el machete corta alas,
brazos y piernas ágiles.

La violencia tiene mil
causas y ninguna norma,
carece de lo más sutil
y siempre halla su horma.

Virtud, dignidad, amor
son peor que la envidia
si un hombre por su honor
las convirtiera en insidia.

Y hablo así del hombre
que a la mujer no le tira
dar porrazos en su nombre:
pecado viril es la ira.

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