lunes, 12 de septiembre de 2011

El sueño más irreal

Soñé que aquella bomba en el desierto
abría un pozo de aguas límpidas
para que bebieran niños sedientos
y hacía crecer un hermoso vergel
de abundantes palmeras, frutales y sarmientos.

Un tanque humillaba su falo bárbaro
dejando surcos de vida en la tierra.
Los proyectiles vacíos cual cántaros
en que servir una digna comida.
Los uniformes y cascos como espantapájaros

con esqueletos de fusil de asalto,
sable y mortero bajo las casacas
y adornados con granadas de mano
que el mayor ruido que hiceran, tal vez,
sería al chocar por el viento racheado.

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